viernes, 17 de septiembre de 2010

A mis amigos

A mis amigos, a la gente que quiero y muy especialmente a los compañeros, con los cuales hemos compartido décadas de militancia y lucha por un mundo mejor, en cual la justicia social, debería ser el eje primordial. Mencionarlos a todos, seria prácticamente imposible y podría caer en la irreverencia de dejar de nombrar a alguno de ellos, que jamás debería ser dejado de mencionar. Aquellos compañeros y amigos que reciban este mail, sabrán que a ellos me refiero, que es a ellos a quienes quiero, admiro, respeto y agradezco todo lo que me han enseñado. A ellos mi sincero reconocimiento
NESTOR M. ROMPANI

TRABAJADOR MANO CALIENTE

Desde el fondo de la historia, me humillan, me explotan y me destruyen. Me matan y me resucitan para volverme a matar en un ciclo malvado y perverso.
Yo soy el minero chileno que lucha por su vida a 800 metros de profundidad. Soy el gaucho que montado a caballo cuida las vacas que son ajenas, mientras recito mis penas. Soy aquel que en Chicago, se vio convertido en mártir. Soy el pescador que arroja sus redes que convierte en cientos de gaviotas que se elevan sobre las aguas para caer verticalmente en busca del alimento que ofrece el mar. Soy el hombre de uniforme azul, que recorre las vías, trabaja en las estaciones, conduce locomotoras …soy la imagen del ferrocarril.
Soy el oficinista que trabaja en precarias condiciones, soportando el maltrato de la patronal. Soy el hachero del monte chaqueño y el obrero de la zafra azucarera.
Soy el docente que en zonas inhóspitas de nuestra patria, sacrifica el bienestar en aras de educar, enseñar y hasta alimentar a chicos olvidados por la sociedad.
Soy el albañil al que le cantan Teresa Parodi y Antonio Tarrago, que mientras subido al andamio, observa solo cemento a su alrededor, sueña que desde lejos le llega un zapucay y que lo acerca al terruño que lo vio nacer.
Soy ese hombre extremadamente flaco, con desprolija barba, casi sin dentadura, que arrastrando un carro recoge cartones para sobrevivir.
También soy la mujer que recibe malos tratos y míseras monedas de sus patrones. Soy la empleada de los supermercados, vejada y humillada, sospechada siempre de ladrona.
Soy también el que escucho los gritos libertarios del “ gringo “ Tosco y del querido German Abdala. Que sueña con los mensajes de Fidel el Gran Cubano, de Sandino en Nicaragua y del “ Che “ que es argentino, Soy el cabecita negra al que Evita le dio su vida. Soy parte del grito de rebeldía de los campesinos de la Patagonia Trágica.
Soy, el que mamo desde el dolor su propia conciencia de clase. Soy en definitiva un trabajador, mejor dicho, un orgulloso trabajador, que tiene siempre su mano caliente, para estrechar la mano de otro trabajador, sin importar su credo, su raza o su militancia política. Soy, pese a todo, el que una vez mas, renueva sus esperanzas de justicia social, inspirado en los nuevos lideres populares de América del Sur y del Caribe. Allí están los hermanos Castro, Correa, Chávez, Evo, Lula, Mujica y aquí, con nosotros, la compañera Cristina, a cuyo proyecto, este trabajador adhiere incondicionalmente.

UN GRAN ABRAZO


NESTOR M. ROMPANI

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